Niños olvidados por cascos azules revelan el drama de madres abandonadas en el Congo
En la ciudad de Goma, al este de la República Democrática del Congo, persisten las secuelas humanas de la presencia de los cascos azules de la ONU. Uno de esos rostros es el de Dimitri, un niño de 12 años que evita salir de casa por temor a las burlas debido a su piel clara y cabello rizado, herencia de un padre que nunca conoció y que, según su madre, era un miembro ruso de las fuerzas de paz de la ONU.
Kamate Bibiche, su madre, vive en el asentamiento informal de Birere. Ella cuenta que conoció a un soldado identificado como Yuriy durante una salida nocturna. Sostuvieron una relación durante tres meses, periodo en el que él le prometió cuidarla a ella y al hijo que esperaban. Sin embargo, el hombre desapareció sin dejar rastro poco después de saber del embarazo. Kamate conserva como únicos recuerdos un sombrero militar y una antigua fotografía.
Dimitri es solo uno entre decenas de niños nacidos de relaciones entre mujeres congoleñas y efectivos de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en el país (MONUSCO). Desde su llegada en 1999, esta misión ha sido objeto de denuncias por explotación y abandono. Muchas mujeres aseguran haber sido seducidas o engañadas por miembros de la misión y luego dejadas a su suerte con hijos cuya paternidad es ignorada.
La falta de seguimiento y mecanismos eficaces para identificar a los responsables ha dejado a muchas madres en el desamparo. Organismos de derechos humanos han señalado la impunidad que rodea estos casos, mientras las comunidades locales enfrentan el estigma y la pobreza. En varios testimonios recogidos por medios internacionales, se denuncian promesas incumplidas, embarazos no reconocidos y la ausencia total de apoyo para las madres y sus hijos.
A pesar de la gravedad de estas situaciones, muchas víctimas no tienen medios para contactar a los soldados que las abandonaron ni reciben ayuda de organismos internacionales. La ONU ha reconocido la existencia de estos casos en el pasado, pero organizaciones civiles exigen mayor compromiso para evitar nuevos abusos y reparar los daños causados.con el peso emocional del abandono.
Noticias relacionadas
- China exporta más, pero paga menos: trabajadores al borde del colapso
- Zuckerberg en la mira: inicia juicio por escándalo de privacidad en Meta
- Donald Trum acusa que cárteles controlan la política mexicana
- El momento exacto del ataque israelí al cuartel sirio en Damasco
- Investigan posible ejecución de ciudadano boliviano hallado con disparos en la cabeza en Chile