El plan del presidente Donald Trump para Gaza ha sido ampliamente rechazado por la comunidad internacional y países árabes clave.

Su propuesta, que implicaría desplazar a la población gazatí a Jordania y Egipto, mientras EE.UU. convertiría la Franja en "la Riviera de Oriente Medio", es vista como inviable.

Aliados occidentales, gobiernos árabes y organizaciones internacionales han condenado la idea, que violaría el derecho internacional y acabaría con cualquier esperanza de una solución de dos estados para el conflicto palestino-israelí.

En Israel, sin embargo, la propuesta ha sido bien recibida por sectores ultranacionalistas.

El ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, celebró el anuncio de Trump y aseguró que la guerra en Gaza debe marcar el fin de cualquier aspiración de un Estado palestino.

Mientras tanto, la oposición centrista en Israel ha mostrado cautela ante las posibles repercusiones.

A pesar de su inviabilidad, la propuesta de Trump podría aumentar la tensión en la región y poner en riesgo el frágil alto el fuego en Gaza, según analistas.

La falta de un plan claro para el futuro de la Franja sigue siendo una de las principales incógnitas en el conflicto.