Ambos países intensifican ataques y amenazas mientras EE.UU. refuerza su presencia militar en la región

Las recientes ofensivas de Israel contra objetivos estratégicos en Irán, sumadas a las advertencias de represalia por parte del régimen de Teherán, han colocado a ambos países al borde de una guerra abierta. La escalada también amenaza con arrastrar a Estados Unidos, que ya ha desplegado aviones de combate y evacuado personal diplomático en zonas sensibles del Medio Oriente.

Irán cuenta con una numerosa fuerza militar compuesta por tropas regulares y la Guardia Revolucionaria, aunque analistas internacionales coinciden en que su capacidad ha sido debilitada por operaciones encubiertas israelíes y estadounidenses. El arsenal iraní incluye drones de ataque como los Shahed y un avanzado, pero aún incompleto, programa nuclear.

Israel, en cambio, dispone de armamento de última tecnología estadounidense y europeo, además de una industria de defensa propia que le permite sostener operaciones ofensivas y defensivas en múltiples frentes. Su sistema antimisiles ha sido clave para interceptar cientos de proyectiles iraníes, limitando los daños.

Expertos militares subrayan que, aunque Irán supera en tamaño y población a Israel, este último posee superioridad tecnológica, táctica y una alianza estratégica con Estados Unidos, considerado un actor decisivo en caso de conflicto abierto.

Mientras tanto, el mundo observa con preocupación cómo los ataques, que ya han costado la vida de altos mandos iraníes y científicos nucleares, podrían detonar una confrontación regional de gran escala.