Al menos cinco municipios de la región metropolitana de Santa Cruz fueron afectados por la riada más grande registrada en los últimos 40 años, luego del desborde del río Piraí tras intensas lluvias que se extendieron desde la noche del viernes hasta la mañana del sábado. El fenómeno provocó graves daños materiales, pérdidas humanas y la desaparición de varias personas, mientras comunidades enteras quedaron sin servicios básicos.

Los municipios más golpeados son El Torno, Porongo, Warnes, Montero y Colpa Bélgica, donde varias alcaldías se declararon en emergencia. Hasta el cierre de edición, la Gobernación de Santa Cruz reportó siete personas fallecidas a causa de las riadas y decenas de desaparecidos. No existe una cifra oficial consolidada sobre las personas no localizadas, debido a que cada municipio maneja sus propios registros.

Las autoridades municipales describieron un escenario crítico. Desde Colpa Bélgica, la alcaldesa Sandra Muñoz señaló que la magnitud de la riada superó a la registrada en 1983, dejando a la población sin agua potable, energía eléctrica ni alimentos, además de un incremento de enfermedades, principalmente en niños, por la falta de agua segura. Situaciones similares se repiten en otros municipios afectados.

En Warnes, el alcalde Carlos Montaño solicitó públicamente la intervención directa del Gobierno nacional y el envío urgente de helicópteros para apoyar en las tareas de rescate de personas que quedaron aisladas o atrapadas por el avance del agua.

Ante la emergencia, el presidente Rodrigo Paz activó un gabinete de crisis y alertó al país sobre un escenario climático adverso que recién comienza. Tras recibir informes del Senamhi y de entidades meteorológicas externas, el mandatario advirtió que Bolivia enfrentará lluvias de alta intensidad que no se registraban desde hace más de un siglo, asociadas a los efectos combinados de los fenómenos de El Niño y La Niña.

El jefe de Estado explicó que estas condiciones, sumadas a factores acumulados en las últimas décadas, podrían generar impactos severos durante los próximos meses. En ese contexto, anunció que su gobierno prepara un decreto para declarar emergencia nacional, con el fin de atender las consecuencias de las lluvias intensas y los efectos posteriores, que incluirían periodos de sequía.

El gabinete de crisis está conformado por los ministerios de Gobierno, Defensa, Salud, Desarrollo Productivo, Desarrollo Rural y Tierras, Medio Ambiente y Agua, Obras Públicas, Cancillería e Hidrocarburos, además del Alto Mando de la Policía Boliviana, las Fuerzas Armadas, el Senamhi y la Oficina de la Primera Dama, que coordinan acciones de respuesta ante la tragedia.