La llegada de la marcha convocada por el expresidente Evo Morales a La Paz desencadenó una jornada de violencia y enfrentamientos entre manifestantes y la Policía, dejando un saldo preliminar de 23 personas arrestadas y varios heridos, incluidos civiles, policías y periodistas.

Las autoridades calificaron la movilización como un intento de desestabilización y búsqueda de impunidad para Morales.

En Cochabamba, los disturbios comenzaron cuando manifestantes intentaron tomar la sede de la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos.

Durante los enfrentamientos, la Policía empleó agentes químicos para dispersar a los manifestantes, quienes utilizaron piedras y petardos como armas.

Un camarógrafo y una funcionaria pública resultaron lesionados, mientras que una patrulla policial terminó con daños materiales.

Por la tarde, cerca de 2.300 manifestantes llegaron a La Paz y se concentraron en una vigilia alrededor de la Plaza Murillo, tras presentar un pliego petitorio al Gobierno.

Aunque no lograron ingresar al perímetro del Palacio de Gobierno, se registraron incidentes en inmediaciones de la Vicepresidencia, donde el uso de petardos y gasificaciones volvió a generar tensión.

El viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, informó sobre dos arrestos adicionales en La Paz y lamentó la violencia de la movilización, que calificó como contraria a los principios pacíficos que sus dirigentes aseguraban defender.

Periodistas también fueron afectados durante los enfrentamientos, lo que suma preocupación a la situación.

Las autoridades reiteraron su llamado a la calma y denunciaron el uso de armas de fuego y explosivos por parte de algunos sectores de la marcha.

La situación continúa siendo monitoreada en medio de una tensa vigilia en la sede de Gobierno.