En el marco de la festividad de Todos Santos, la Iglesia Católica hizo un llamado a la población boliviana a buscar la unidad y la reconciliación entre hermanos. El Arzobispo de La Paz, Percy Galván, lamentó que dos décadas de confrontación y polarización, propiciadas por la clase política saliente, hayan dividido a la sociedad. Galván enfatizó que el futuro del país ahora depende del compromiso y servicio de toda la población y no solo de los nuevos gobernantes que asumirán esta semana.

Durante su homilía dominical desde la Basílica Menor de San Francisco, Galván criticó duramente a la clase política que "nos han metido en una sociedad de polarización" y que, al final, terminó polarizándose entre ellos mismos. El Arzobispo exigió que la ciudadanía respete los resultados de las elecciones generales y que evite seguir "ladrando como perro con mal de rabia" por cuestiones ideológicas. En su lugar, pidió a la "familia boliviana" que se abrace y empiece a caminar junta, asegurando que así el país saldrá adelante.

Galván recordó que "Bolivia somos todos" y que el país puede ser grande si la población aspira a la santidad, no solo como concepto religioso, sino a través de un fuerte compromiso social. Reflexionó sobre tres caminos para alcanzar esta "santidad" cívica: pasar de la indiferencia al compromiso, de la confrontación a la unidad y de la flojera al trabajo. Un verdadero cristiano, sostuvo, no puede ser indiferente a la economía o la política de su país, pues debe pensar en el bien común.

El Arzobispo recalcó que la santidad implica sensibilizarse ante las necesidades de los demás y abandonar la acumulación de riqueza egoísta, la cual equiparó con la conducta de una rata. Galván instó a la población a reemplazar la "flojera" por el trabajo y a convertirse en "sal y levadura de Dios" para hacer el bien a Bolivia. Su mensaje se produce a pocos días de la posesión del presidente electo Rodrigo Paz, buscando establecer un tono de paz y colaboración para el nuevo ciclo político.