Marcelino Ledezma, transportista boliviano oriundo de Quillacollo, Cochabamba, falleció este jueves tras más de diez días de espera para cargar diésel en Paraguay. El hecho ocurrió en un punto de abastecimiento donde permanecen varadas más de 350 cisternas bolivianas, cuyos conductores denuncian condiciones indignas y falta total de servicios básicos.

Según el testimonio de sus compañeros, Ledezma padecía problemas de salud y no recibió atención médica oportuna. La falta de asistencia sanitaria, sumada a la precariedad del lugar, habría agravado su situación hasta provocar el desenlace fatal. Los choferes relataron que en estas zonas de espera no cuentan con agua, electricidad, baños ni ningún tipo de servicio, lo que convierte la espera en una experiencia insostenible.

Las denuncias señalan que, en lo que va de 2024, al menos cinco transportistas bolivianos perdieron la vida en países vecinos, principalmente en Paraguay, en circunstancias similares. El problema radica en los retrasos para el abastecimiento de diésel, mientras que el suministro de gasolina tendría mayor regularidad.

Los transportistas bolivianos exigen que las autoridades gestionen soluciones inmediatas ante lo que consideran un trato inhumano. Insisten en que las muertes registradas son una consecuencia directa de la falta de previsión y coordinación en la provisión de combustibles.