Api, tujuré, buñuelos y empanadas de queso: la comida caliente que reconforta a los cruceños en estos días fríos
Con temperaturas mínimas que rondan los 8°C, los habitantes de Santa Cruz recurren a las bebidas calientes como una forma de combatir el frío invernal. En mercados, plazas y esquinas concurridas, es común ver a personas detenerse en puestos ambulantes o carritos para servirse algo que les devuelva el calor al cuerpo.
Entre las opciones más populares están la manzanilla a Bs 3; el tradicional api morado a Bs 3; la quinoa con leche a Bs 5; y el arroz con leche también a Bs 5. Estas bebidas, además de calentar, son accesibles y rápidas de preparar, lo que las convierte en una alternativa ideal para quienes inician su jornada temprano.
El acompañamiento preferido son los buñuelos recién fritos, que se venden entre Bs 2 y 3, y las empanadas de queso a Bs 3. Este tipo de desayuno o merienda se ha vuelto habitual, especialmente en zonas de alto tránsito donde trabajadores, estudiantes y vecinos buscan algo que no solo caliente sino que también les llene el estómago.
Un ejemplo de esta tradición es el puesto “La Hogareña” en el mercado Santa Rosa, también conocido como Alto San Pedro, atendido desde hace 15 años por la señora Saida Ricaldiz. Su puesto se ha convertido en un punto de referencia para quienes buscan algo caliente y sabroso en las mañanas frías cruceñas.
Doña Saida inicia su jornada a las cuatro de la madrugada, preparando la masa para buñuelos y empanadas. A las seis ya atiende a sus clientes, ofreciendo un menú variado que incluye api, tojorí, té, café y empanadas de diversos sabores: queso, carne, pollo, jamón, champiñón y napolitanas.
En días fríos puede vender hasta 100 vasos de api y tojorí, junto con 200 buñuelos y 200 empanadas, todos elaborados frescos con ingredientes cuidadosamente seleccionados. La harina, uno de los insumos principales, ha incrementado su precio de Bs 180 a Bs 440 por quintal, lo que impacta en sus costos diarios.
Cuando se le pregunta cómo aprendió a preparar estas delicias, Doña Saida responde con humildad y orgullo que fue aprendiendo por sí misma, observando a otras personas y consultando recetas de libros.
La venta de estas bebidas y masitas no solo calienta el cuerpo sino que también representa un sustento fundamental para muchas familias que, con una olla, una mesa improvisada o un carrito, generan ingresos diarios ofreciendo productos tradicionales con sabor a hogar.
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