La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) anunció este viernes la suspensión del gobierno entrante de Bolivia, encabezado por el presidente electo Rodrigo Paz, quien asumirá el cargo en noviembre.

En un comunicado oficial, la organización calificó la postura del nuevo gobierno boliviano como “proimperialista y colonialista”, argumentando que las recientes declaraciones de Paz representan un “alejamiento de los principios de solidaridad y soberanía” que sustentan al bloque regional.

Bolivia se unió al ALBA en 2006, convirtiéndose en el tercer miembro del grupo fundado por los fallecidos mandatarios Hugo Chávez (Venezuela) y Fidel Castro (Cuba). La suspensión ocurre luego de que Paz afirmara que su administración priorizará relaciones con países que “tengan la democracia como principio”, descartando alianzas con gobiernos que no cumplan con ese criterio.

El presidente electo también expresó su interés en retomar relaciones diplomáticas plenas con Estados Unidos, actualmente limitadas a encargados de negocios, y subrayó que su política exterior estará orientada a la defensa de la democracia y los derechos humanos.

Estas declaraciones generaron tensión con los miembros tradicionales del ALBA, entre ellos Cuba, Venezuela y Nicaragua, que interpretaron la postura de Paz como una ruptura ideológica con los fundamentos de la alianza.

Hasta el momento, el equipo del presidente electo no ha emitido una respuesta oficial sobre la suspensión, mientras analistas advierten que la medida podría marcar un giro significativo en la política exterior boliviana y en su posición dentro de los bloques regionales latinoamericanos.