Primera ministra japonesa admite que duerme solo dos horas por noche y reaviva el debate sobre el “karoshi”
La primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, volvió a encender el debate sobre el exceso laboral en el país tras revelar, durante una sesión parlamentaria, que duerme apenas dos horas por noche, “cuatro como máximo”. La declaración, realizada el jueves durante una reunión con legisladores en Tokio, generó preocupación entre especialistas en salud, sindicatos y analistas laborales, quienes advierten que este tipo de mensajes podrían reforzar el modelo de sacrificio extremo conocido como “karoshi”, la muerte por exceso de trabajo.
El comentario surgió mientras el Parlamento discutía el futuro del mercado laboral japonés y analizaba la posibilidad de ampliar las horas extra autorizadas como estrategia para impulsar el crecimiento económico. Takaichi, primera mujer en liderar el Ejecutivo japonés, respondió preguntas sobre su rutina diaria y defendió su ritmo extremo como un ejemplo de entrega total al deber. “Voy a trabajar, trabajar y trabajar aún más”, aseguró ante los legisladores.
La mandataria argumentó que debe existir un equilibrio “personalizado” que permita a las personas decidir cómo organizar trabajo, familia y tiempo libre. Según explicó, algunos trabajadores necesitan más horas por razones económicas, mientras otros buscan límites firmes para su bienestar.
PREOCUPACIÓN POR EL IMPACTO EN LA SALUD Y LA CULTURA LABORAL
Las reacciones no se hicieron esperar. Expertos en salud pública y organizaciones laborales recordaron que Japón enfrenta desde hace décadas problemas asociados al surmenage, como altos niveles de estrés, reducción de la natalidad y casos de fatiga extrema que derivan en fallecimientos. Para ellos, declaraciones como las de Takaichi pueden enviar un mensaje equivocado en un país donde el sacrificio laboral aún es visto como un valor social.
Sindicatos y analistas destacaron que la cultura de las horas extra ya ha provocado jornadas de trabajo excesivas durante generaciones. Las presiones por el rendimiento y la falta de descanso mantienen a Japón entre los países con mayor proporción de empleados que renuncian a su tiempo libre.
La polémica también revivió críticas previas hacia el estilo de liderazgo de Takaichi. Hace unas semanas, la primera ministra convocó a su equipo a una reunión a las 3:00 de la madrugada, una práctica que para muchos refuerza un modelo laboral insalubre.
DESAFÍO PARA EL FUTURO: CRECIMIENTO VS. BIENESTAR
El debate va más allá de la figura de la primera ministra y expone un desafío mayor para el país: cómo equilibrar desarrollo económico, modernización y salud social. Con una población envejecida, baja natalidad y una fuerza laboral en disminución, Japón enfrenta la necesidad de establecer políticas que garanticen descanso, protejan la salud mental y física, y eviten abusos en las cargas de trabajo.
Mientras algunos sectores empresariales defienden la flexibilidad horaria para aumentar productividad, otros exigen regulaciones más estrictas y sanciones frente a prácticas abusivas. La sociedad japonesa, dividida entre admiración y preocupación por la disciplina extrema de Takaichi, observa atenta los próximos pasos del gobierno.
El futuro del mercado laboral japonés dependerá de la capacidad del Estado para armonizar eficiencia económica con condiciones laborales saludables y equitativas, un reto que marcará la agenda del país en los próximos años.
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