Reconocida actriz e inventora, Hedy Lamarr fue una de las musas detrás del icónico personaje animado de 1937

Hedwig Eva Marie Kiesler, mundialmente conocida como Hedy Lamarr, no solo fue una aclamada actriz de la época dorada de Hollywood, sino también una inspiración para el mundo de la animación. Su imagen sirvió como referencia visual para el diseño de Blancanieves, la primera princesa animada de Disney y protagonista de la histórica película Snow White and the Seven Dwarfs de 1937.

Cuando Walt Disney y su equipo comenzaron a diseñar a Blancanieves, buscaban una belleza clásica y atemporal que pudiera capturar la imaginación del público. Para lograrlo, los animadores utilizaron modelos reales que les ayudaran a dotar de realismo y encanto a sus personajes. Fue así como recurrieron a los rasgos físicos de Lamarr, considerada entonces una de las mujeres más hermosas del cine.

Sus pómulos altos, labios definidos y ojos almendrados hicieron que los animadores se inspiraran parcialmente en su rostro para esculpir la imagen de la princesa. Aunque Blancanieves no fue un retrato exacto de Lamarr, su influencia es reconocida en los detalles que le dieron una apariencia idealizada, alineada con la estética que Disney quería imponer en su primera película animada de larga duración.

Con el paso del tiempo, la conexión entre Hedy Lamarr y Blancanieves se volvió más conocida, especialmente cuando animadores y estudiosos del legado Disney comenzaron a hablar abiertamente sobre las fuentes de inspiración detrás del personaje. La elegancia natural de Lamarr y su presencia en pantalla dejaron una marca inconfundible en la cultura visual del cine animado.

Además de ser un ícono de belleza, Hedy Lamarr también fue una inventora brillante, lo que la convirtió en una figura única en la historia del entretenimiento y la ciencia. Su legado permanece vivo tanto en las películas como en la tecnología moderna, y ahora también como parte del origen de una de las princesas más queridas del cine.