Un Xiaomi SU7 Ultra se incendió trágicamente tras un grave accidente en la Avenida Tianfu de Chengdu, China, el pasado 13 de octubre. El siniestro cobró la vida del conductor de 31 años, quien quedó atrapado en el interior del vehículo mientras era consumido por las llamas. Este suceso ha reavivado el intenso debate global sobre la seguridad de las manillas electrónicas en los vehículos eléctricos, un tema crítico en la industria premium china.

El conductor impactó contra otro sedán, cruzó la mediana y el coche ardió de inmediato, impidiendo el rescate. Los vídeos muestran a varios conductores intentando, sin éxito, romper las ventanillas con codos y zapatos antes de la llegada de los bomberos. Finalmente, los rescatistas tuvieron que usar martillos y sierras eléctricas para cortar las puertas, que no pudieron abrirse manualmente, confirmando la inoperatividad de los sistemas de liberación.

Aunque la policía sospecha que el conductor estaba bajo los efectos del alcohol, el debate se centra en las manetas electrónicas del SU7, que dependen de energía eléctrica para funcionar. Las acciones de Xiaomi cayeron hasta un 9% tras el accidente, su peor jornada desde abril, reviviendo las preocupaciones de un suceso anterior donde otro SU7 mató a tres estudiantes. China está en proceso de cambiar su normativa para incluir nuevos estándares de seguridad para las manillas electrónicas.

Este problema de seguridad no es exclusivo de Xiaomi; toda la industria del vehículo eléctrico, incluyendo a Tesla y Rivian, está bajo escrutinio por las manillas electrónicas. En Estados Unidos, la NHTSA investiga a Tesla por casos donde la pérdida de energía impidió abrir las puertas, y China pronto implementará nuevos estándares de seguridad que presionarán a los fabricantes. La causa exacta de por qué el conductor quedó atrapado en el SU7 sigue sin un comunicado oficial de las autoridades de Chengdu o Xiaomi Auto.