Aunque China ya no es el país más poblado del mundo, sigue contando con un recurso clave: su población. Con 1.408 millones de habitantes, el país enfrenta el desafío del envejecimiento y la baja natalidad, pero mantiene un enorme capital humano para su desarrollo tecnológico y económico.

El Gobierno chino fomenta la educación de élite para retener y potenciar talento nacional. Centros especializados forman a los mejores estudiantes del país, preparándolos para competir con Estados Unidos en innovación tecnológica y liderazgo global en inteligencia artificial (IA).

Cambricon Technologies es un ejemplo del éxito de esta estrategia. Fundada por los hermanos Chen Tianshi y Chen Yunji, combina diseño de chips y desarrollo de procesadores para redes neuronales, consolidándose como una de las compañías con mayor potencial en el mercado chino de IA.

La compañía ha recibido aprobación bursátil para recaudar 560 millones de dólares, destinados al diseño de nuevos chips para entrenamiento e inferencia de modelos de IA y a desarrollar una alternativa a CUDA de NVIDIA. En los últimos doce meses, el valor de sus acciones se ha triplicado.

El Gobierno también obliga a los centros de datos estatales a usar al menos 50% de circuitos integrados chinos, impulsando la innovación y reduciendo la dependencia tecnológica extranjera. Esta medida fortalece la industria nacional y consolida la estrategia de soberanía tecnológica de China.