El Carnaval de Oruro 2025 dejó una historia que no pasó desapercibida, la de un hombre no vidente que, con gran destreza y devoción, brilló en la entrada folclórica. Esta es la segunda vez consecutiva que este bailarín forma parte de la fraternidad de los Hijos del Sol, Los Incas, y su actuación se convirtió en uno de los momentos más emocionantes del evento.

El bailarín, quien ya había sido parte de otras fraternidades en años anteriores, cumplió su promesa de rendir homenaje a la Virgen del Socavón al ritmo de Los Incas. A lo largo de su participación, se mostró con una habilidad sorprendente para ejecutar los pasos de baile característicos de la fraternidad, lo que dejó a los asistentes maravillados. A pesar de no contar con la visión, su destreza, el ritmo y el compromiso con la danza fueron evidentes para todos los que lo vieron en el recorrido.

A lo largo de su trayecto, el bailarín fue acompañado por un bastón y contó con el apoyo constante de sus compañeros, quienes le ayudaron a mantener el ritmo y le brindaron seguridad para evitar cualquier inconveniente durante la danza. Sin embargo, su habilidad para moverse con confianza y el respaldo de su fraternidad fueron factores clave en su participación destacada.

Su momento culminante fue al llegar a los pies de la Virgen del Socavón, en la plaza principal de Oruro, donde pidió por la salud y prosperidad, no solo para él, sino para todos los que le rodean. Este gesto simboliza no solo la devoción hacia la Virgen, sino también la profunda conexión de este bailarín con la festividad, que trasciende las barreras físicas y emocionales.

Esta participación no solo fue una muestra de destreza y fe, sino también una inspiración para todos los que creen en la superación personal, demostrando que el Carnaval de Oruro es mucho más que una fiesta, es un espacio de inclusión, devoción y respeto por la tradición.