El futuro de Juan Cruz en el CD Leganés atraviesa su punto más crítico.

El extremo hispano-argentino ha reiterado en numerosas ocasiones su deseo de abandonar Butarque este verano, pero el club se mantiene firme y exige los 10 millones de euros de su cláusula de rescisión.

Ni Rayo Vallecano ni Alavés, los dos clubes más interesados a estas alturas del mercado, están dispuestos a alcanzar esa cifra, ofreciendo 5 millones por el 60% de los derechos que posee el conjunto pepinero (el Betis conserva el 40% restante).

Cruz, que no ha disputado amistosos ni el primer partido de Liga, vive una situación de máxima tensión que le ha llevado incluso a plantearse solicitar el permiso de paternidad en los próximos días.

Será padre en breve, pero la presión del mercado y la incertidumbre sobre su futuro empañan lo que debería ser un momento de felicidad personal.

Mientras tanto, el Rayo mantiene su mercado paralizado a la espera de un posible desenlace y considera al futbolista de Quilmes como su fichaje prioritario antes del cierre de la ventana estival.

El entrenador Paco López intenta suavizar la situación, pero todo apunta a que Cruz no volverá a vestir la camiseta del Leganés hasta que se resuelva su futuro.